La creación de centros de atención a la infancia orientados a la prevención del abandono de los niños más pequeño, se remonta en buena parte del territorio europeo del siglo XVIII, en estrecha relación con el inicio del empleo femenino en el sector industrial. Estos centros acogían a los niños desde edades muy tempranas y se ocupaban primordialmente del cuidado y la protección de los menores de la familias con escasos recursos, siendo las funciones educativas de carácter secundario. Años más tarde y, en paralelo con la existencia de esas instituciones del cuidado infantil, comenzaron a crearse centros con una orientación específicamente educativa, influidos en gran medida por las ideas de Fröbel, Montessori o Declory, entre otros. Al contrario que los primeros, estos centros preescolares se dirigían a las familias acomodadas y atendían generalmente a los niños/as desde los tres años o cuatro años de edad.
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