viernes, 9 de junio de 2017

ORGANIZACIÓN DE UNA ESCUELA DE PÁRVULOS SEGÚN PABLO MONTESINO

Montesino sabía que a los maestros españoles les faltaba formación para educar a los párvulos, por lo que dedicó su “Manual para los maestros de escuelas de párvuloscon una intención didáctica, formado por tres partes. Dedicó la primera a contar como era la educación en las escuelas de párvulos en el extranjero y la segunda a ayudar a los futuros maestros a que conozcan las principales características que tiene esta etapa educativa y como es su organización.



Montesino empieza explicando cómo debe ser el local escolar: de forma cuadrilonga, con un patio, corral o prado contiguo a la escuela, bastante grande para que los niños puedan jugar y ejercitarse al aire libre, un cobertizo en este corral para que los niños colocar cómodamente sus meriendas, gorras y capotes, comer, jugar y permanecer en las horas que no son de escuela, y cuándo la estación no les permite estar al descubierto, así como un lugar común con separación para niños y niñas.


A continuación Montesino habla sobre el mobiliario y los recursos didácticos que corresponde al tipo de clase que él quiere implantar. Lo primero que recomienda es un banco por los lados, colocando una parte para los más pequeños, y dejando claro que si el local es grande y hay muchos niños será necesario colocar dos gradas por todo alrededor. Por encima de las gradas debe ir colocado un crucifijo o imagen de la Virgen.
La escuela también debe contar con “un tablero con las lecciones, punteros con los que los niños señalaran, un encerado negro, un ábaco, una mesa para el maestro, un libro de matrículas de los niños, otro libro para llevar las cuentas; otro libro en que las visitas puedan plasmar sus impresiones, y otro libro-cuaderno en que el maestro anote periódicamente sus observaciones sobre cada niño”.
La escuela también debe de contar con un catecismo, agua corriente y pizarras pequeñas y por último se indica que la casa del maestro debe de estar cerca de la escuela.

Una vez explicado todo lo anterior, ahora Montesinos hace referencia a la organización y la didáctica, para ello nombra a los “instructores de clase”. Estos, eran necesarios en todas las escuelas con más de 100 alumnos.
El zamorano también nos indicó como debe ser la entrada a la escuela, las actividades que se llevan a cabo en ella, todo lo referente a la limpieza y al aseo, al canto conjunto, actividades de lectura, de cuentos, de juegos...

En el “Manual”, Montesinos deja claro que el arte es educar y lo llevará a cabo mediante el aumento de la estimulación de los sentidos y capacidades de los niños. Para todo esto el maestro utilizará la naturaleza y los objetos que le rodea y si con esto no es suficiente empleará imágenes, láminas o dibujos.
En definitiva, Montesinos deja patente su pensamiento pedagógico en una clara idea de modernización para la escuela.

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